10 curiosidades sobre el pintalabios
- Cruelty Free Makeup
- 20 may 2020
- 2 Min. de lectura

Os vamos a contar 10 curiosidades sobre el pintalabios que tal vez te sorprenderán. ¡Empecemos!
Cleopatra, la primera lipstick-addict de la historia. El primer pintalabios de la historia se encontró en la región sumeria de Ur pero la usuaria más famosa fue Cleopatra. La egipcia no salía de su habitación sin un toque de rouge en sus labios.
Ley “nude”. En 1770 el Parlamento Británico dictó una ley que permitía anular matrimonios si se demostraba que la mujer llevaba los labios pintados al seducir a su marido.
1915. El año del cilindro. Hasta ese año no se creó la barra de labios cilíndrica metalica, tal y como la conocemos. Su inventor fue Maurice Levy. Pero para que girase, hubo que esperar a que Bruce Mason Jr. lanzase ese sistema en 1923.
Símbolo de lucha. Es, sin duda, una de las curiosidades más conocidas pero no podía dejar de incluirla en esta lista. Durante las manifestaciones sufragistas que se celebraron en Nueva York, el rojo de labios se convirtió en el símbolo de la lucha.
El lipstick index. En la década de los 40 se demostró que en las épocas de recesión económica las ventas de labiales aumentaban sustancialmente. Durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que en Reino Unido se prohibió la producción de cosméticos, Winston Churchill hizo una excepción con el lipstick, consciente de que su uso elevaba la moral de la población. Actualmente, está comprobado que los días nublados se venden más las barras rojas para levantar el ánimo.
Manías de estrella. Se cuenta que Elizabeth Taylor exigía ser la única que llevara los labios pintados de rojo durante los rodajes y se sabe que Marilyn Monroe aplicaba cinco capas de labial hasta conseguir su característico rojo.
Ventas millonarias. Las ventas anuales de barras de labios ascienden a 900 millones de unidades en todo el mundo. Un tercio de ellas se producen en Europa. Cada mujer compra una media de dos labiales al año y en cada hogar hay una media de cuatro.
Ingesta involuntaria. A lo largo de su vida, una mujer que se pinte habitualmente los labios, terminará ingiriendo entre 1,8 y 2,7 kilos de este cosmético.
Efecto selfie. En 2016, en España se disparó la venta de barras de labios en un 12%. Los expertos lo achacan al auge de los selfies y las redes sociales.
Los hombres y el rouge. Según un estudio de la Universidad de Manchester, los hombres se detienen a mirar durante 7,3 segundos de media a una mujer que lleve los labios pintados de rojo, frente a los 2,2 segundos que dedican a las que no los llevan maquillados.
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